miércoles, 13 de octubre de 2010

¨Tatuajes y aretes ¨ un arte con prejuicios

Desde pequeña siento una gran admiración por los tatuajes y aretes, gusto que a mi madre no le agrada ni un poquito. Lamentablemente vivimos en una sociedad machista y de prejuicios muy marcados. Una gran parte de las personas cuando ven a una mujer con tatuajes o aretes en su cuerpo la catalogan de inmediato de ¨putas¨ sin conocer el interior ni los valores que pueda tener y lo mismo pasa en el caso de los hombres pero a éstos les va peor porque de inmediato los tildan de ¨delincuentes¨ y en la mayoría de los casos son solo jóvenes que les gusta el arte de pintar sus cuerpos con mensajes, nombres y dibujos significativos en sus vidas o simplemente por moda.

De igual manera existe discriminación para quienes son creadores y ejercen como profesión el arte de ¨tatuar¨, se piensa que son personas malas y con conductas no aceptadas por la sociedad, sin embargo en su mayoría son artistas que plasman su trabajo en los cuerpos humanos.

A mi criterio personal no debemos juzgar a una persona por su físico o los adornos que decida hacerle a su cuerpo.

Aquí les dejo algunas recomendaciones si algún día decides optar por plasmar en tu cuerpos este tipo de arte:
  • Asegúrate que el material (agujas, tintas, aretes, etc.) que van a utilizar, es 100% esterilizado y no ha sido usado por nadie más.
  • No te confíes de instrumentos que están sumergidos en algún líquido, esto no te garantiza su esterilidad.
  • Si te vas a tatuar, asegúrate personalmente que la tinta este sellada y que no haya sido utilizada anteriormente.
  • No lo hagas en lugares que se vean sucios o de mal aspecto, seguramente hay un sin fin de infecciones.
  • La persona que lo realicé debe usar guantes esterilizados y cambiárselos si toca cualquier otra cosa, durante la sesión.
  • Elige de preferencia a un médico certificado.
  • En cuanto notes cualquier tipo de molestia en el lugar afectado, consulta a tu médico inmediatamente, no trates de usar antibióticos tópicos o cualquier otro remedio casero.

sábado, 9 de octubre de 2010

¨Caricias imaginadas¨

Cuanto anhelo tu presencia aquí, conversar por horas, mirarnos a los ojos, sentir y fantasear con el aroma de nuestros cuerpos separados por una leve distancia, experimentar la sensación de nuestros cuerpos abrazados, coquetear observando fijamente tus labios imaginando acariciarlos con la suavidad y calidez de los míos.

Sueño con el día en que pueda besar esos labios que tanto he imaginado, suave, sin prisa, paralizar el tiempo en ese momento y quedarme ahí hasta saciar mi sed, incitar tu desnudéz sin tocarte, acostarnos abrazados sin hacer el amor, solo respirar y dejar fluir nuestras emociones.

Siento todas las caricias y los besos que tengo reservados para ti y percibo que mi corazón le queda grande a mi pecho porque no te tengo, porque estas en lo mas profundo de mi creatividad y al final resultas ser solo ficción de la pasión que corre por todo mi cuerpo y me quedo sola con mis ¨caricias imaginadas¨.

martes, 5 de octubre de 2010

¨La cita¨

Aún recuerdo esa primera cita con ¨Leo¨el chico que me gustaba desde que yo era una adolescente y él era un jóven adulto, en ese tiempo yo era muy niña para él y aunque yo tambien le agradaba pues era casi imposible y siempre fue una atracción silenciosa. Pasaron 5 años, ya Leo tenia 27 años y yo 21, no existia el impedimento de la edad, ambos estabamos solteros y aunque habian pasado años, cuando nos vimos ese imán que antes nos unía se reactivó.

Leo se acercó a mi y luego de horas de plática salieron de sus labios la pregunta que tanto anhelaba escuchar: te gustaría cenar el sábado conmigo? sin pensarlo dos veces y de inmediato dije que si, pues era el chico por el que moría en mi adolescencia y no podía creer que al fin tenia mi primera cita con él.

Pasé toda la semana planeando la vestimenta perfecta para esa noche y por ende el peinado que me haría lucir mas elegante y adulta. Ya era viernes y yo tenia todo listo para la gran noche que me esperaba, Leo me llamaba todos los días y yo estaba dentro de una burbuja de sueños deseando que ya fuera sábado.

Por fin había llegado el tan esperado día, desperté y lo primero que hice fue comenzar mi rutina de belleza, me puse una mascarilla, me depilé, me hice los pies y las manos, fui al salón de belleza y luego de pasarme un día completo en ¨la sala de tortura¨, llegué a mi casa y me puse ese vestido negro que se ajustaba a mi cuerpo y era perfecto para la ocasión, me puse los zapatos que uso en ocasiones especiales, me rosié de mi mejor perfume y luego de mirarme por mas 30 minutos al espejo, llegó la hora de la cita.

Leo acordó pasarme a buscar a las 8 de la noche y ya eran las 9 y no llegaba, luego de una hora y media de retraso por fin apareció con un suéter, unos pantalones jeans y unos tenis y yo estaba vestida muy formal puesto que era la primera cita y esperaba que fuera inolvidable y si que lo fué. Yo estaba tan ansiosa que dejé pasar el estilo desenfadado de Leo y me hice la idea de que el lugar a donde me llevaría a cenar iba a ser espectacular pero no fue así. Leo ni siquiera me preguntó donde me gustaría ir a cenar o cuales eran mis gustos, él simplemente decidió llevarme al lugar donde acostumbraba a ir con sus ¨amigotes¨, osea un sitio para nada femenino y donde lo único que se escuchaba de fondo era el juego de pelota y yo muy bien vestida para la ocasión era la nota discordante del lugar. La conversación solo era fluida cuando hablábamos de esos tiempos de adolescencia como si él no tuviera un presente interesante que contar. Al momento de ver la hoja que tenían como menú, pedí una hamburguesa que al final dejé casi por completo y después de anhelar la semana entera esa gran cita, lo único que deseaba en ese instante era que me llevara a mi casa de la cual nunca debí salir ese sábado en la noche.

Leo resultó ser mejor amigo que galán y yo ahora recuerdo esa noche como el inicio de una gran amistad.