jueves, 26 de noviembre de 2009

¨La perfecta de la oficina¨.

Catalina y Alondra eran dos jóvenes que conocí en una de las empresas en la que trabajaba y gracias a ambas pude establecer la diferencia entre hipocresía y sinceridad, mientras Catalina era una persona muy amable, solidaria con sus compañeros, que se llevaba bien tanto con sus superiores como con los demas miembros del personal de la empresa, Alondra era una jóven que se sentía superior a las demás, según ella misma cumplía con todos los esquemas y valores que buscaba la empresa en un empleado, tenía un autoestima excesivamente alto y era egocéntrica, para ella todo el mundo estaba por debajo su persona y le encantaba divulgar por todas las oficinas y sucursales que ella se habia graduado con honores de la universidad pero el gran problema de Alondra era que Catalina se había graduado con honores más altos que los de ella y por ende sus supuestas humillaciones nunca fueron suficientes con Catalina.


Alondra era del tipo de persona que debe hacer sentir mal al prójimo para sentirse bien, se llenaba de orgullo cuando decía que sus compañeros eran un grupos de chismosos, brutos y mediocres sin pensar que la única mediocre era ella queriendo asumir el rol de una persona madura que con su actitud nunca demostró ser. Tenía problemas con todos sus compañeros, era hipócrita con todos principalmente con ella misma, envidiaba los logros de los demás y por tal envidia llegó a convertirse en todo lo que un día tanto criticó ( una mujer amargada deseando tener lo que los demás alcanzaron con responsabilidad, sencillez, humildad y trabajo en equipo). Alondra tuvo muchas oportunidades en su vida pero siempre mordió la mano de quien le dió de comer y por eso nunca llegó a tener el éxito que tanto anhelaba.

MORALEJA: Nunca humilles a aquel que un día te prestó su hombro para llorar. Sé agradecido con aquellos que siempre estan a tu lado apoyandote y dandote fuerzas para seguir adelante. Nunca de olvides de tus raíces.